El retrato del progreso soy yo
Esperando en la casa, por los siglos de los siglos.
Los que salen van a algún lado, es su turno, los llamaron.
Cuando vuelven lanzan golpes y patadas
A las cajas con comida que no alcanza para todos.
Son las risas de los niños que sus padres conocieron
Donde hondo es el camino que conduce a la nada.
Y el resto de los seres ahora cuelgan de las manos
En el filo del olvido se alimenta la manada.
Es que el cielo tiene hambre y los dioses se despiertan
Otros mueren al costado, lejos de las miradas
Y se queman en el fuego, lejos de sus hijos, de sus madres
No hay testigos más que espinas enterradas en la tierra.
Pero el jefe me saluda, el café de la mañana
Y el moho en el aire hace cosquillas en la garganta.
La señora en el metro tiene ganas de tirarse
Pero ahora hay más de veinte entre ella y el filo del andén.
Solo siga su camino, viejo amigo o conocido
Que sus pasos retumban en sueños místicos
Y su ojo dormido ahora revela las almas en estéreo
En esta bolsa de estrellas donde nada se queda
Todo pasa y se aniquila, se transforma, se desangra
Y no olvides que esta Tierra tiene las horas contadas.